martes, 24 de junio de 2014

Del barro al lodo

Un cuarto alumbrado por un monitor.
Otro dia sin dormir. Malviviendo.
Trato de llamarte, pero el peso de tu nombre en mi espalda me dobla,
hasta besar el piso y silencia mis palabras.
Levanto mi rostro con tierra y río a carcajadas.
Preciosa, se de sobra lo que es perder en esta vida.
Lo supe incluso mucho antes de saber lo que es ganar.
Tus palabras son flores mustias que se afincan en mi cama.

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